UP abre el festival de Cannes

UP se estrenará este miércoles 13 de mayo en el Festival de Cannes, siendo la apertura del famoso festival.

Sinopsis oficial: UP: UNA AVENTURA DE ALTURA es una comedia en la que Carl Fredricksen, un vendedor de globos de 78 años de edad, finalmente logra concretar su viejo sueño de vivir una gran aventura al atar miles de globos a su casa y, así, volar hacia las agrestes tierras de Sudamérica. Sin embargo, apenas iniciado el viaje descubre que, sin quererlo, ha sumado a la travesía a quien se convertirá en su peor pesadilla: un súper optimista guía explorador de 8 años llamado Russell.

En la Argentina se estrenará en formato digital 3D y en salas convencionales el 11 de junio.

Copio esta info oficial de la película, que habla de una parte de la película que se ubica en Sudamérica.

¿Lo habrá aprobado Hugo Chavez?

El equipo creativo de UP: UNA AVENTURA DE ALTURA se inspiró en los míticos ‘tepuys’ de Sudamérica

De Disney•Pixar llega UP: UNA AVENTURA DE ALTURA, una comedia animada acerca de un vendedor de globos de 78 años llamado Carl Fredricksen, quien sueña con explorar el mundo. Lo que ansía es cumplir el sueño de su amada esposa ya fallecida: viajar a las Cataratas del Paraíso, en Sudamérica, el salto de agua más alto del mundo. Finalmente concreta su antigua ambición de vivir una gran aventura cuando, al atar miles de globos a su casa, sale volando hacia uno de los sitios más bellos y misteriosos de la Tierra: las mesetas de Sudamérica conocidas como tepuys.
A fin de prepararse para la emocionante tarea de crear el aspecto adecuado de este film de animación, el director Pete Docter y algunos integrantes de su equipo creativo decidieron que tenían que ver los tepuys personalmente, así que se embarcaron en una gran aventura. Ante la sugerencia de Ralph Eggleston, un veterano diseñador de producción de Pixar con créditos en Buscando a Nemo y WALL•E, el equipo se encaminó hacia la selva de Sudamérica (en el límite entre Venezuela, Brasil y Guyana, para ser exactos) para descubrir su propio mundo perdido. Estos diez valientes recorrieron la zona durante una decena de días en septiembre de 2006.
“Ralph nos dio un documental sobre los tepuys en Sudamérica. Apenas puse el DVD, se me erizaron los cabellos… Supe que allí debíamos situar la película”, recuerda Docter. “Era un mundo extraño y fantástico sobre el cual nunca había oído. Allí fue donde Conan Doyle eligió ubicar, en 1912, su novela sobre animales prehistóricos, The Lost World. Uno de los mayores desafíos de este film fue diseñar un lugar que fuese como de otro mundo, pero lo suficientemente creíble como para que el público sienta que los personajes están allí. Sabíamos que teníamos que ir, porque resulta muy diferente experimentar algo que verlo en fotografías o en una película”.

Llegar al destino les llevó tres días de viaje en avión, jeep y helicóptero. Y entonces empezó la diversión…
El supervisor de historia Ronnie Del Carmen cuenta: “Este es el único tepuy que realmente se puede escalar. En la ladera hay una saliente que se puede atravesar y el ascenso es muy empinado. Las rocas están sueltas, la vegetación no es firme y se desprende fácilmente si uno se toma de ella. Nosotros nos ganamos la vida haciendo dibujos animados, así que la única travesía que solemos hacer es la de un edificio a otro. No había forma de prepararnos para esta aventura”.
“Fue como la peor de las pesadillas”, afirma el co-director Bob Peterson. “Un ascenso de seis o siete horas hasta la cima y yo iba muy cargado. Cuando llegamos, tuvimos que seguir por un terreno muy accidentado durante otra hora y media. Cuando llegamos a nuestro campamento ya había oscurecido. Y de pronto, en la oscuridad, vimos esa caverna iluminada con velas donde nos esperaban una sopa y un plato caliente. Nuestros guías se nos habían adelantado y nos aguardaban. Cuando vimos nuestras tiendas, la mayoría nos sentamos y nos pusimos a llorar. ¡Nos sentíamos tan felices de estar allí! Y a la mañana siguiente, cuando despertamos, a una distancia literal de 50 pies [15 metros] de donde habíamos acampado había una pendiente en vertical de una milla [1600 metros]. Al principio yo había estado un poco reticente, pero estoy contento de haber hecho ese viaje porque fue ir a otro mundo. No hay lugar en el planeta con semejantes formas rocosas”.
El grupo no encontró jaurías ni bandadas de pájaros prehistóricos – como en la película – pero sí hubo encuentros con hormigas asesinas (una especie cuya mordida puede ser letal en 24 horas), amenazantes mosquitos, escorpiones con aguijón, ranas en miniatura y víboras venenosas. Desde Roraima, los intrépidos exploradores abordaron un helicóptero hasta Kukenan (sitio también conocido como Matawi Tepuy), el cual es considerado por los aborígenes autóctonos Pemon como el “lugar de los muertos”.
“Kukenan brindaba una sensación totalmente diferente de la de Roraima”, describe Ricky Nierva, diseñador de producción del film. “Era muy pura y las rocas tenían una forma más agresiva. Le pregunté a nuestro guía Adrian Warren (documentalista de Living Edens: The Lost World – Venezuela’s Ancient Tepuys) cuántas personas habían estado allí: ‘¡¿Cientos?!’ ‘Más bien diez’, me respondió. Me sentí sobrecogido, como esperando doblar y toparme con un dinosaurio que anduviera merodeando”.
El Salto Ángel, en Venezuela, el salto de agua más alto del mundo (979 metros desde Auyantepuy) resultó ser la inspiración para las míticas Cataratas del Paraíso, tres veces más altas que su modelo real. El grupo escaló hasta la base del Salto Ángel, donde sortearon rocas húmedas y resbaladizas y fueron rociados constantemente con agua.
A la hora de volver a casa, los viajeros llevaban películas caseras y miles de fotografías; habían realizado numerosos bocetos de esos entornos impresionantes, y las imágenes y la vegetación que habían observado influyeron decisivamente en el aspecto visual del film.